MELANCOLÍA
DE DESAPARECER de Agustín de Foxá
Y
pensar que después que yo me muera
aún
surgirán mañanas luminosas,
que
bajo un cielo azul, la primavera,
indiferente
a mi mansión postrera,
encarnará
en la seda de las rosas.
Y pensar que desnuda,
azul, lasciva,
sobre
mis huesos danzará la vida,
y
que habrá nuevos cielos de escarlata,
bañados
por la luz del sol poniente,
y
noches llenas, de esa luz de plata
que
inundaba mi vieja serenata,
cuando
aún cantaba Dios bajo mi frente.
Y pensar que no puedo en
mi egoísmo,
llevarme
al sol ni al cielo en mi mortaja.
Que
he de marchar yo solo hacia el abismo,
y
que la luna brillará lo mismo
y
ya no la veré desde mi caja.
MUTACIÓN EN:... ALEGRÍA
¿DE DESAPARECER?...
...tras tres meses de quimioterapia, en medio
del tratamiento ...
Gracias, porque después
que yo me muera
aún
surgirán mañanas luminosas,
que
bajo un cielo azul, la primavera,
iluminando
mi mansión postrera,
encarnará
en la seda de las rosas.
Gracias, porque desnuda,
azul, altiva
sobre
mis huesos danzará la vida,
y
que habrá nuevos cielos de escarlata,
bañados
por la luz del sol poniente,
y
noches llenas, de esa luz de plata,
que
aún inunda mi vieja serenata,
al
dulce canto de Dios bajo mi frente.
Gracias,
porque no puedo en mi egoísmo,
llevarme
al sol ni al cielo en mi mortaja.
Que
no es morir marchar hacia el abismo,
gracias,
la luna brillará lo mismo
y
ya no la veré desde mi caja...
...
posiblemente ya ni desde el cielo,
que
anuncia la divina sinfonía,
un
poco más arriba, tras el velo
verde
de la esperanza, donde el duelo
del
tránsito se colma de alegría.
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